Tu
cuerpo y el mío,
en
un solo idioma se entienden.
Cómo
dos fichas de rompecabezas
que
encajan de manera perfecta.
Aquellos
besos apasionados
donde
nuestras lenguas
son
los protagonistas,
aquellas
caricias suaves y tan bien calculadas.
La
manera en que me vuelves
tu
esclava y a la vez,
me
haces el amor de una manera tan tierna.
Me
miras de una manera tan detallada,
como
si estuvieras apreciándome.
Comparándome
como una obra de arte;
y
tus ojos que brillan de lujuria sedienta.
Sentir
la dureza de tu entrepierna,
que
me enloquece y me hace humedecer.
¿Cómo
nos entendíamos
tan
perfectamente al inicio
cuando
no teníamos ni el
mínimo
conocimiento?
Me
posees con fuerza,
siempre
con la esperanza
de
que lleguemos juntos
a
tan dichoso clímax.
Quiero
sentir la humedad
de
tus labios en cada
parte
de mi cuerpo.
No
importa lo que suceda,
quiero
que dejes en mi piel
la
huella de que soy toda tuya
y tú
eres mi dueño.
Quiero
encenderte y saciar la sed de tu placer.
Disfrutar
de aquella oleada de sensaciones juntos.
Porque
después de todo
el
amor si tiene una manera de realizarse.
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